¿Recuerdan la crónica de la Princesa Urbana? Pues va de regreso. Aquella mujer recién hecha de hace tres años regresa a enfrentarse una vez mas al vetusto burocrático monstruo del Distrito Federal.
La noticia de ver a mi amiga me llenó de alegría y nostalgia. Al principio fue solo la emoción, después el recuerdo de lo que fue nuestra ultima aventura citadina.
Fue ella quien me dijo "voy a repetir el personaje de La Princesa Urbana!!!" y todo vino a la mente, tan fresco como en aquel entonces... aquel entonces que suena tan lejano y en realidad no lo es.
Pero Sabine no viene ahora cono la princesa que se fue, ahora es una mujer completa y en plenitud. Sin miedo, sin la tronada de dedos. "Las cosas han cambiado" dice en su mensaje. No es solo una frase hecha, yo sé que las cosas han cambiado, hace tres años era la lucha por el día a día y hoy ya no es así.
El viaje por actas fue igual que el anterior, mi coche, la carretera de subida con motor chiquito. Nos acordábamos perfecto de todo y con una facilidad impresionante, como si hubiéramos estado ahí el día anterior, el trámite que se nos hizo mucho menos tortuoso. De regreso tome el camino equivocado y tuve que dar vuelta de la misma forma en que lo hice la vez anterior. Deja vù!
Lo que me resulta mas destacado de este viaje es que ahora no soy guía sino acompañante de mi amiga, ya no soy hombro sino cómplice. Sabine regresa a cerrar procesos, pero no como la pequeña rota que era hace tres años, sino con duelo completo y paso firme.
Me hace feliz el ser participe del cambio en mi amiga y me hace pensar en todas las otras mujeres que, a fuerza de golpes hemos tenido que dejar de ser pasivas en nuestros destinos y nos hemos tenido que rifar cambios drásticos, mudanzas, crecer de un día a otro, ganando libertad al renunciar a algo, a varios "algos".
"Sola pero bien." En lugar de sonar a resignación, suena a convicción. Ya no importa tener a un "alguien" para no sentir el hueco de la soledad en el estomago. Ya no forma parte del plan de vida de otra persona, va haciéndose su propio plan de vida y eso es lo mas grandioso de la nueva Princesa; ella forjó la corona, nadie se la dio y por eso, nadie se la puede quitar.
Viendo como cambian las cosas en las vidas de otros,victimas de violencia o no, vengo a darme cuenta que la violencia mas tremenda que podemos llegar a vivir es aquella que nosotros nos inventamos cuando creemos que es normal que nos traten con la punta del pie, que es lógico que nos abandonen, que es correcto que no nos valoren y que no valemos lo suficiente para que los demás se den cuenta de que ahí estamos. Así crecemos y vivimos con nuestra co-dependencia y la alimentamos con baja autoestima y relaciones adictivas y tóxicas, y muchas veces necesitamos de la crisis para salir de esos círculos viciosos en los que nosotros mismos nos metemos.
Recientemente tuve el placer de conocer mujeres como mi amiga y yo que como, mi amiga y yo, han dejado atrás el drama auto-alimentado para vivir por el placer de ser una misma y no quien otros desean que sea. Cada vez somos mas y parece ser que finalmente, después de varias generaciones de personas luchando por romper con los vicios de la violencia, existen en este mundo, personas que pueden ser felices siendo pilotos y no pasajeros del viaje increíble y precioso de la vida. Y yo tengo el privilegio de ser testigo y el intelecto para darme cuenta, muy muy afortunada.
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